Abril 2th, 2005

"...el sábado estaba parqueado, había terminado de leer el libro que mantenía bajo la almohada, (esa novela amariconada que me prestó la Camila), me había pajeado 2 veces al hilo, tomado 3 stolichnaya con jugo de tomate, fumado 2 joints con el Pablo, jalado 3 líneas en el capó del auto "atrapa-maracas" del Igna y tomado dos copas de ese licor de hierbas alemán que te ayuda a bajar que se consiguió el Jaime con el austriaco que conoció en Valdivia, de donde lo sacó, no tengo la puta idea, lo que dice este weón es que lo leyó en un libro de ...., da lo mismo la wea.
No sabía que hacer, así que llamé al Rodrigo Pérez, el becado que vive en San Bernardo, con el que he estrechado lazos gracias a la caspa del diablo.
El Rodrigo trabaja en un Esso On the Run, onda part-time, el weón es hijo del esfuerzo de sus padres y de la contaminación social que pulula en la periferia, no dejo de aceptar que la mezcla interesa, el futuro Mesias de la familia, el primero en utilizar corbata y el primero en trabajar sentado...
Llamé a este weón a su casa, no tiene celular, por un asunto de libertad dice. Pa´ la pascua le voy a regalar uno, total la maraca de la Camila, mi hermana mayor, trabaja en Entel y siempre que llegan jefes nuevos a su área suceden dos cosas, llega con equipos nuevos habilitados y, el pelo mojado.
Nos juntamos en la que creo es la peor esquina de Santiago, Alameda con Teatinos, me dijo que tomáramos un colectivo, yo le dije que no que quería irme en micro, me arrepiento de esa wea, el ambiente estaba calmo, esa tarde había muerto Karol Vojtyla, Juan Pablo II, el peregrino de la vida, el misionero de la paz, mi mamá estaba en una misa con la Camila, el Igna fue donde su polola y el Pablo se había quedado jugando Play II. Por primera vez iba a San Bernardo en micro, cuando el Rodrigo estuvo en el hospital fui, pero en Metrotren, en la micro van unas chulitas de 15 que nos miran y se ríen, yo opto por no mirarlas, nos fuimos conversando y tomándonos una cachantún Más. Era la hora del cinismo. En la casa del Rodrigo nos esperaba su papá con un gato negro..."